José Acevedo y Gómez nació en Charalá 1773 y murió montañas de los indios
andaquíes, en mayo del 1817. Es conocido en la historia de la Independencia
como "el Tribuno del Pueblo" “por su participación oratoria, el verbo de José
Acevedo y Gómez inflamó con delirio al pueblo santafereño el 20 de julio de
1810”. Fue bautizado en la parroquia de Monguí, José Acevedo y Gómez
tenía pocos años cuando ocurrieron los hechos de la revolución de los
Comuneros en 1781 en el oriente neogranadino, exactamente en Charalá,
Mogotes, Socorro, San Gil y otros pueblos de la provincia del Socorro. Fue
político e ideólogo patriota, Este ambiente revolucionario influyó en su espíritu
patriota e independentista.
Más tarde, en Santafé de Bogotá, José Acevedo y Gómez se destacó por sus
actividades comerciales de gran escala, gracias a estas llegó a acumular una
importante fortuna suya. Hizo algunos estudios de gramática y filosofía en el
Colegio del Rosario, y aun cuando no obtuvo grado profesional siguió
luchando. “De acuerdo con su biblioteca particular, era un gran lector de los
clásicos griegos y romanos, especialmente Sócrates, Tito Livio y Virgilio; así como
de autores españoles, entre ellos Miguel de Cervantes Saavedra. En gran parte,
su formación humanística fue autodidacta. Por sus grandes dotes y su
ascendencia sobre el pueblo santafereño, entró en los círculos políticos de la
capital. Fue nombrado Procurador General, y en el año 1808, Regidor Perpetuo
del Cabildo de Santafé”. Cuando ocurio la invasión francesa hacia España; el
sentimiento hispánico en respaldo del monarca Fernando VII, los pueblos de
España y sus colonias hicieron “diversas ceremonias de jura al monarca
cautivo. Correspondió a los regidores de Santafé, entre ellos al regidor perpetuo
José Acevedo y Gómez, hacer la proclamación y jura de obediencia al rey
Fernando VII, el 11 de septiembre de 1808. Sobre este acto de proclamación y
jura, Acevedo y Gómez publicó un folleto de 49 páginas titulado Relación de lo
que executó el M.I. Cabildo Justicia y Regimiento de la M.N. y M.L. Ciudad de
Santa Fe de Bogotá, Capital del Nuevo Reino de Granada. En las juntas del 6 y
11 de septiembre de 1809, con ocasión de la revolución de Quito, el regidor
perpetuo José Acevedo y Gómez fue uno de los más elocuentes y audaces
partidarios de sostener la necesidad de una junta suprema de gobierno.
Participó en varias reuniones políticas, muchas de las cuales se celebraron en su
propia casa. El virrey Antonio Amar y Borbón lo señaló como un criollo peligroso
para el gobierno español, al lado de Camilo Torres (1766-1816) y Emigdio
Benítez”. El 20 de julio de 1810, el pueblo santafereño en plena acción
multitudinaria aclamó a José Acevedo y Gómez como su Tribuno. En medio del
alboroto popular, el regidor José Acevedo y Gómez subió al balcón y con su
elocuencia patriótica avivó el sentimiento revolucionario hacia pueblo.
Habló sobre el mal gobierno, la esclavitud y los derechos de los pueblos. Frente
al pueblo santafereño, eligió a los vocales de la Junta Suprema de Gobierno y
por orden suya se redactó el Acta de la Revolución. Su participación fue
decisiva en el cabildo abierto del 20 de julio de 1810. “Es célebre su frase: Si
perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta
ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes: ved
[señalando las cárceles] los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.
Después de su brillante actuación el 20 de julio de 1810, el Tribuno del Pueblo
participó aún en algunos actos de la vida política nacional; firmó la
Constitución Política de Cundinamarca en 1811, y firmó la Declaración de
Independencia Absoluta de la República de Tunja, el 10 de diciembre de 1813.
Al iniciarse la reconquista y el Régimen del Terror (1816-1819), cundió la angustia
entre los ideólogos y dirigentes de las instituciones republicanas, considerados
enemigos del monarca español; entre ellos estaba el Tribuno del Pueblo.
Numerosos criollos se fugaron de Santafé de Bogotá hacia los Llanos y las
regiones selváticas, muchos de ellos fueron aprehendidos y llevados al cadalso.
Acevedo y Gómez emigró hacia las montañas de los indios andaquíes, en el sur
del país. En mayo de 1817 murió, acompañado de un esclavo cimarrón que
también había buscado asilo en las selvas, huyendo de la tiranía de sus amos.
Acevedo y Gómez siempre será recordado en la historia nacional por su
participación en el 20 de julio de 1810 y por su oratoria revolucionaria”.
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