domingo, 14 de noviembre de 2010

La Patria Boba


Situación antes del 20 de julio de 1810

En 10 de agosto de 1809 un grupo de criollos, “liderados por Juan Pío Montúfar, declaran una Junta de Gobierno propia en Quito, juran lealtad a Fernando VII y desconocen a las autoridades nombradas desde España. Este se conoce como el primer grito de independencia de las colonias españolas en América”.
Lo siguiente ocurrió en Caracas, el 19 de abril de 1810. La primera insurrección ocurrida en el actual territorio de Colombia se hizo en Valledupar el abril de 1810. “La Junta de Gobierno de Cádiz ordena el retiro de Amar y Borbón, noticia que portaba el Comisionado Regio el quiteño Antonio Villavicencio”.
El 22 de mayo en Cartagena de Indias, un movimiento revolucionario creo una Junta de Gobierno. Estos sucesos continuaron en julio de 1810. En 3 de julio Santiago de Cali formó sus juntas, luego vendrían Socorro y Pamplona. “Finalmente, el 20 los sucesos ocurrirían en la misma sede del virreinato: Santa Fe se subleva”.

El Grito por el Florero de Llorente

“Los sucesos de Santa Fe del 20 de julio de 1810 tienen la importancia de haber ocurrido en el centro del poder colonial del Virreinato de la Nueva Granada. Con la deposición y el arresto del Virrey, el Virreinato dejaba de existir de facto. El plan era aprovechar la llegada del Comisionado Regio Antonio Villavicencio a Santa Fe, para hacer relucir las diferencias entre los chapetones y los criollos y formar una reyerta en medio del día de mercado. En medio de la reyerta se are nueva Junta de Gobierno. Las milicias en Santa Fe estaban comandadas por Antonio Baraya”.
Lo que ocurrió fue lo siguiente; un grupo de criollos decidió que para que la gente del país se pusiera brava con los españoles, un español debería empezar un conflicto; entonces el plan era ir al almacén de Llorente y pedirle un florero prestado, después armar un conflicto. Pero ‘el plan B’ era que un criollo pasaría al lado de Llorente y los otros criollos saldrían a la calle a decirle a la multitud que Llorente había dicho que los criollos y la gente del país se pudran.


sábado, 13 de noviembre de 2010

José Acevedo y Gómez


José Acevedo y Gómez nació en Charalá 1773 y murió montañas de los indios

andaquíes, en mayo del 1817.  Es conocido en la historia de la Independencia

como "el Tribuno del Pueblo" “por su participación oratoria, el verbo de José

Acevedo y Gómez inflamó con delirio al pueblo santafereño el 20 de julio de

1810”.  Fue bautizado en la parroquia de Monguí,  José Acevedo y Gómez

tenía pocos años cuando ocurrieron los hechos de la revolución de los

Comuneros en 1781 en el oriente neogranadino, exactamente en Charalá,

Mogotes, Socorro, San Gil y otros pueblos de la provincia del Socorro. Fue

político e ideólogo patriota, Este ambiente revolucionario influyó en su espíritu

patriota e independentista.

Más tarde, en Santafé de Bogotá, José Acevedo y Gómez se destacó por sus

actividades comerciales de gran escala, gracias a estas llegó a acumular una

importante fortuna suya. Hizo algunos estudios de gramática y filosofía en el

Colegio del Rosario,  y aun cuando no obtuvo grado profesional siguió

luchando. “De acuerdo con su biblioteca particular, era un gran lector de los

clásicos griegos y romanos, especialmente Sócrates, Tito Livio y Virgilio; así como

de autores españoles, entre ellos Miguel de Cervantes Saavedra. En gran parte,

su formación humanística fue autodidacta. Por sus grandes dotes y su

ascendencia sobre el pueblo santafereño, entró en los círculos políticos de la

capital. Fue nombrado Procurador General, y en el año 1808, Regidor Perpetuo

del Cabildo de Santafé”. Cuando ocurio la invasión francesa hacia España; el

sentimiento hispánico en respaldo del monarca Fernando VII, los pueblos de

España y sus colonias hicieron “diversas ceremonias de jura al monarca

cautivo. Correspondió a los regidores de Santafé, entre ellos al regidor perpetuo

José Acevedo y Gómez, hacer la proclamación y jura de obediencia al rey

Fernando VII, el 11 de septiembre de 1808. Sobre este acto de proclamación y

jura, Acevedo y Gómez publicó un folleto de 49 páginas titulado Relación de lo

que executó el M.I. Cabildo Justicia y Regimiento de la M.N. y M.L. Ciudad de

Santa Fe de Bogotá, Capital del Nuevo Reino de Granada. En las juntas del 6 y

11 de septiembre de 1809, con ocasión de la revolución de Quito, el regidor

perpetuo José Acevedo y Gómez fue uno de los más elocuentes y audaces

partidarios de sostener la necesidad de una junta suprema de gobierno.

Participó en varias reuniones políticas, muchas de las cuales se celebraron en su

propia casa. El virrey Antonio Amar y Borbón lo señaló como un criollo peligroso

para el gobierno español, al lado de Camilo Torres (1766-1816) y Emigdio

Benítez”. El 20 de julio de 1810, el pueblo santafereño en plena acción

multitudinaria aclamó a José Acevedo y Gómez como su Tribuno. En medio del

alboroto popular, el regidor José Acevedo y Gómez subió al balcón y con su

elocuencia patriótica avivó el sentimiento revolucionario hacia pueblo.

Habló sobre el mal gobierno, la esclavitud y los derechos de los pueblos. Frente
al pueblo santafereño, eligió a los vocales de la Junta Suprema de Gobierno y
por orden suya se redactó el Acta de la Revolución. Su participación fue
decisiva en el cabildo abierto del 20 de julio de 1810. “Es célebre su frase: Si
perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta
ocasión única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes: ved
[señalando las cárceles] los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.
Después de su brillante actuación el 20 de julio de 1810, el Tribuno del Pueblo
participó aún en algunos actos de la vida política nacional; firmó la
Constitución Política de Cundinamarca en 1811, y firmó la Declaración de
Independencia Absoluta de la República de Tunja, el 10 de diciembre de 1813.
Al iniciarse la reconquista y el Régimen del Terror (1816-1819), cundió la angustia
entre los ideólogos y dirigentes de las instituciones republicanas, considerados
enemigos del monarca español; entre ellos estaba el Tribuno del Pueblo.
Numerosos criollos se fugaron de Santafé de Bogotá hacia los Llanos y las
regiones selváticas, muchos de ellos fueron aprehendidos y llevados al cadalso.
Acevedo y Gómez emigró hacia las montañas de los indios andaquíes, en el sur
del país. En mayo de 1817 murió, acompañado de un esclavo cimarrón que
también había buscado asilo en las selvas, huyendo de la tiranía de sus amos.
Acevedo y Gómez siempre será recordado en la historia nacional por su
participación en el 20 de julio de 1810 y por su oratoria revolucionaria”.

Antonio Nariño


Antonio Nariño nació en Bogotá el 15 de diciembre 1765 y murió en Leiva el 9 de abril 1823 a la edad de 58. “Este criollo de familia acomodada estudió Filosofía y Derecho y obtuvo varios cargos de la que entonces se llamaba Santa Fe de Bogotá, capital del virreinato español de Nueva Granada. Reunió a su alrededor a un círculo de adictos al pensamiento ilustrado y liberal que procedía de Europa y Norteamérica”. Fue dirigente de la independencia de Colombia.
“En 1793 tradujo e imprimió la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano que había proclamado la Revolución francesa, y poco después varios panfletos con sus propias ideas revolucionarias; por todo ello fue condenado a presidio en el norte de África, pero consiguió escapar y refugiarse en París en 1796”.
En Paris tomó contacto con la Revolución Francesa y muy probablemente se inició su adhesión al centralismo político y administrativo. En ese mismo año se trasladó a Gran Bretaña, donde consiguió apoyo para un proyecto de sublevación independentista de las colonias americanas, en el marco de la guerra hispano-británica de 1796-97; “fracasó en el intento de sublevar Venezuela y fue encarcelado en 1797-1803 y 1809-10”.
“En 1810 estalló la rebelión independentista, aprovechando que la metrópoli estaba ocupada por el ejército de Napoleón; Nariño no pudo participar, pero se unió a los rebeldes tan pronto como éstos le liberaron. En las confrontaciones políticas, que enseguida degeneraron en guerra civil, Nariño representó la opción centralista frente a los federalistas, mayoritarios en el Congreso de las «Provincias Unidas de Nueva Granada”.

José María Carbonell




 
José María Carbonell era nació en Santafé de Bogotá, en 1778, y murió en la misma ciudad, el 19 de junio de 1816 a la edad de 38.
Fue conocido en la historia de la independencia de Colombia como el "chispero de la Revolución", “por su acción dinámica y decisiva en los hechos políticos del 20 de julio de 1810, José María Carbonell era hijo de José Carbonell y María Josefa Martínez Valderrama. Recibió sus primeras enseñanzas en el Colegio Mayor de San Bartolomé, y después trabajó con la Expedición Botánica. Influenciado por la Ilustración y el racionalismo cuando las ideas de la modernidad entraron al Nuevo Reino de Granada, precisamente por el camino de la Expedición Botánica, fue nombrado amanuense de la Expedición, bajo las órdenes de Sinforoso Mutis”. El era un escribiente y un oficial de pluma, que le correspondía copiar lo que se necesitara en las investigaciones de los miembros de la Expedición Botánica, en especial del sobrino de Mutis. “Una de las obras que escribió como amanuense fue la Historia de los árboles de la quina, obra póstuma del sabio José Celestino Mutis. El ambiente de libertad y de independencia que se vivía en la Expedición Botánica fue esencial en el pensamiento y la acción del criollo José María Carbonell. El pensaba que lo más importante en el proceso revolucionario era la acción del pueblo, de las clases humildes; ello señala que, según Carbonell, el pueblo era la base única de toda empresa fecunda”.

El 20 de julio de 1810 Carbonell  movió la multidud santafereñas en las horas de la tarde y de la noche. “Según los cronistas de esta fecha, los próceres Francisco José de Caldas y José Joaquín Camacho desde el Diario Político, Carbonell realizó una inmensa actividad con los sectores populares: corría de taller en taller, de casa en casa, sacaba gente y aumentaba la masa. Carbonell atacó La casa de Infiesta; él lo prendió y, a la vez, fue su ángel tutelar para salvarle la vida. Carbonell ponía fuego por su lado al edificio de la tiranía, y nacido con una constitución sensible y enérgica, rayaba en el entusiasmo y se embriagaba con la libertad que renacía entre las manos, decía el Diario Político”.

En la primera República, Carbonell fue apasionado centralista, siguiendo y siendo partidista del precursor Antonio Nariño. Se recuerda cuando Carbonell pisoteó públicamente el periódico La Gaceta, (órgano de los federalistas, lo cual dio origen a la denominación de "carracos" y "patiadores").

Durante la Primera República, Carbonell ocupó varios cargos como: capitán de milicias de infantería, oficial mayor de cajas, contador y tesorero de Hacienda de Cundinamarca. Siempre penso por la libertad y la independencia; también penso por una administración más pura, más amplia, liberal, más acorde con las nuevas y necesidades del recientemente conformado Estado nacional. En los años de la reconquista española en el “Nuevo Reino de Granada, cuando se instauró el terror y la persecución a los criollos revolucionarios, cayó el chispero de la revolución del 20 de julio de 1810. La reseña que el pacificador Pablo Morillo hizo sobre la participación de Carbonell en la Independencia dice: José María Carbonell. Fue el primer presidente de la Junta tumultuaria que se formó en esta capital, quien puso los grillos al excelentísimo señor virrey Amar, y lo condujo a la cárcel; el principal autor y cabeza del motín, el que sedujo a las revendedoras y a la plebe para insultar a la excelentísima señora virreyna, cuando la pasaban presa de la Enseñanza a la Casa del Divorcio; ministro principal de Tesoro Público; acérrimo perseguidor de los españoles americanos y europeos que defendían al rey, y uno de los hombres más perversos y crueles que se han señalado entre los traidores,. El 19 de junio de 1816 Carbonell fue ahorcado en la Huerta de Jaime, en Bogotá. Antes de morir hizo al pie del suplicio una plática que enterneció a los patriotas”.

http://ibague-tolima-colombia.blogspot.com/2009/05/jose-maria-carbonell.html

Camilo Torres Tenorio



Camilo Torres Tenorio nació en Popayán, 1766 y murió en Santafé de Bogotá, 1816 a la eddad de 50 fue un Abogado, político y patriota colombiano. Cuarto hijo y primer varón de una familia de nueve hermanos, fue su padre el español Francisco Jerónimo de Torres, un comerciante, minero y propietario de vastas extensiones territoriales al sur de Neiva, en la costa del Pacífico y en Popayán, casado con la payanesa María Teresa Tenorio.
“Camilo Torres estudió en el Seminario de Popayán, en el que era rector el presbítero ecuatoriano Juan Mariano Grijalva y ejercía la docencia José Félix Restrepo. En aquellos tiempos se estaban revolucionando los métodos de enseñanza, de acuerdo con la reforma educativa propuesta por el fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón. Allí tomó clases de griego, latín, retórica, matemáticas, filosofía y teología, preparación ésta, especialmente la de lenguas clásicas, que le permitió dominar varios idiomas: italiano, francés, inglés y alemán’’.
Una vez que terminó sus estudios en Popayán, se fue a Santafé de Bogotá, “donde obtuvo los títulos de bachiller y doctor en Derecho Canónico y Filosofía en el Colegio Mayor del Rosario, donde fue pasante, conciliario segundo y vicerrector”. A los 28 años se recibió como abogado de la Real Audiencia y lo fue también el abogado de Reales Consejos. “Torres fue el más eminente de los abogados de su época, pues además de cumplir con todos los requisitos, recibió de la Corte española la facultad de litigar en todas las audiencias de América. De él opinó Humboldt que era "un coloso de la inteligencia".
Camilo Torres había estudiado en Popayán con Francisco Antonio Zea, Joaquín de Caycedo y Cuero, Francisco Antonio Ulloa, José María Cabal, como con su primo Francisco José de Caldas. Con algunos de ellos volvió a encontrarse en Santafé y, al igual que la mayoría de los criollos cultos de la época, se vinculó a la actividad intelectual que por los primeros años de la última década del siglo XVIII distinguió la capital.
Participó, en la Tertulia del Buen Gusto, organizada por Manuela Sanz de Santamaría y Prieto, “quien tenía un gabinete de historia natural ordenado y clasificado por ella misma. En dicha tertulia se hablaba de literatura y cuestiones científicas, se improvisaban versos y se trataban temas frívolos al calor de un tradicional chocolate santafereño; en ella participaron el cartagenero José Fernández Madrid, el payanés Francisco Antonio Ulloa (viejo amigo de Torres), el timaneyo José Miguel Gutiérrez de Caviedes, el cartagenero Manuel Rodríguez Torices y el bumangés Custodio García Rovira, personajes que desempeñaron un papel importante en la primera independencia, todos ellos egresados del Colegio Mayor del Rosario o del San Bartolomé, los dos centros docentes más importantes de la capital”.